Pensar en viajes en Sudamérica es pensar en el carnaval de Río de Janeiro o en las ruinas de Machu Pichu, está que claro que estas experiencias son maravillosas, sin embargo, Santiago de Chile también tiene mucho que ofrecer a sus turistas.
Y tratándose turistas LGBTI, también hay mucho que hacer en Santiago de Chile, no solamente ir al cerro de San Cristóbal, al hogar de Pablo Neruda, o al Museo de Arte Precolombino. La sociedad chilena cada día se abre mentalmente más y más, y aunque todavía falta, como en toda Latinoamérica, en Chile cada vez se respira más visibilidad, inclusión y respeto por los derechos LGBTI. ¡Así que a disfrutar!…
Bellavista y Provincia...
Estas son las zonas por las cuales un LGBTI puede comenzar a sentirse como en casa, ya que es aquí donde los bares, restaurantes y clubs le abren sus puertas a la diversidad sexual. Fausto, La Blondie y Club Divino son unos ejemplos de los lugares donde nos podemos divertir y coquetear.
Recorridos por viñedos... Obvio hay que hacerse un espacio para disfrutar de los viñedos chilenos de renombre internacional como Concha y Toro, las uvas de este país tienen un sabor único gracias a su límite con el Pacífico y los Andes, y en los recorridos, que entre degustación y degustación, copa y copa, se termina encantado.
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos...
Como un colectivo que ha sufrido discriminación y violación de los derechos humanos, es casi obligatorio que los LGBTI visiten este museo, el museo centra su atención en el régimen militar de Augusto Pinochet, y su objetivo es evitar que algo así se repita y que sus visitantes aprendan sobre respeto. Además, el edificio es precioso.
Restaurantes...
La comida chilena está muy subvalorada con respecto al resto del mundo, ya que está a la altura de la china, francesa e india, al unir los ingredientes locales, la mezcla indígena y europea (sobre todo alemana, italiana y española), la geografía y la nueva influencia cosmopolita; no podemos evitar chuparnos los dedos con las recetas criollas chilenas.